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¿Qué hacer cuando un empleado valioso decide renunciar?



Habiendo estado en diferentes empresas como Director por más de 30 años y habiendo empleado a más de 10,000 personas durante todos estos años, les debo comentar que los momentos más difíciles de mi trayectoria directiva han sido cuando personal clave, comprometido, verdaderamente competente, leal y con un gran sentido de la responsabilidad y enfoque a resultados, decide renunciar a la empresa.


Después de haber vivido muchas y muy diversas experiencias de este tipo, tengo algunas sugerencias que voy a compartir con Ustedes sobre qué hacer cuando un empleado que por su gran potencial, capacidad y logro de metas, de un momento a otro decide renunciar a su posición dentro de nuestra organización.

Estas sugerencias las he resumido en tres grandes rubros, los cuales cubren áreas específicas y a la vez son de aplicación general:


1. Abrázalo fuerte A menudo escucho que, si una persona decide renunciar a su trabajo, lo hará tarde o temprano, sin importar lo que hagas.


La verdad es que no puedes detenerlo, y probablemente no deberías después de todo, ya que aun cuando se nos dice constantemente que no hay personas irremplazables, yo estoy totalmente en desacuerdo con esta afirmación.

Daré algunos ejemplos claros de porque afirmo lo anterior:


Al irse, una persona no puede saber lo que le deparará el futuro. Por su propia voluntad, una persona, si todo está en orden, generalmente no quiere nuevos problemas, sino que quiere permanecer en su zona de confort (si ya ha creado una para él). Por lo que lo más probable es que haya razones graves y relevantes que lo empujaron a tomar esta difícil decisión de irse.

Por lo tanto, siempre vale la pena hablar con la persona valiosa que te ha confirmado que se va de tu empresa: Incluso, quizás en base a lo que te mencione la persona que se va, encuentres algo valioso que te permita mejorar tu organización y entonces trates de implementar algo relevante y mejor que seguramente ayudará a otros a ya no tener ese problema y por tanto a ya no pensar en irse.

La experiencia nos dice que prácticamente no existen situaciones irresolubles. A veces, los empleados renuncian por las razones más extrañas y relativamente fáciles de resolver:

  • Tuve un ingeniero de software al que no le gustó la forma en que su gerente le habló en el chat y simplemente decidió no decírselo a nadie y mejor irse.

  • He tenido desarrolladores de nuevos negocios que renunciaron porque se cansaron hace años y no sabían cómo tomarse un descanso.

  • Un jefe de marketing renunció porque pensó que su salario era demasiado alto para la calidad del trabajo que estaba haciendo.

Por increíble que les parezca, los empleados pueden ser raros.

La única manera de saber qué está pasando es sentarse con él, preguntarle con calma los motivos, verlos a los ojos, escucharlo y estar preparados mentalmente para recibir cualquier respuesta.


Si una persona es verdaderamente valiosa para el negocio, tu orgullo es secundario. Debes tratar de mantenerlo pase lo que pase. Rara vez se trata solo del salario. A menudo, darles nuevos puestos en la empresa, darles responsabilidad y autoridad para tomar ciertas decisiones y/o darles algunas tareas nuevas es mucho más importante para ellos.


Entonces, ¿Qué pasa con las tareas anteriores de este valioso empleado?


Ésto sigue siendo terrible, ¿verdad?¿Quién hará su trabajo? Pero piénsalo así: Si renuncia, aún tendrás que distribuir entre el resto de tu equipo, todas sus funciones actuales, por lo que prácticamente es lo mismo.


Pero sin duda, tu empleado clave, de plena confianza y con alto potencial es un guardián del conocimiento, de las tradiciones y la cultura de tu empresa.

Además, estas personas de alto nivel tienen cierta autoridad moral entre sus colegas y son líderes de opinión, así que mantenerlos es muy importante.

Perderlos será como perder un dedo de la mano o del pie.

Sin duda que tu empresa puede continuar, pero la calidad de vida y muy probablemente los resultados a corto plazo se verán afectados.


2. Mantente hablando con ellos

¿Sabes de qué suele arrepentirse la gente en su lecho de muerte?


A juzgar por lo que escuché, parece que decepcionar a su jefe o haber renunciado a su empresa está en algún lugar muy al final de esa lista.

La mayoría de las personas se arrepienten de otras cosas, como de no haber pasado suficiente tiempo con su familia y amigos.

Pero, de hecho, renunciar es una forma de muerte. Por supuesto que afortunadamente, todos siguen vivos y bien, pero la conexión que tenían se rompió.

Ya no tienes a esta persona en tu negocio, en tus metas diarias, en tu vida. Están "muertos" para ti.

Pero está en ti el poder evitar ésto.


Continúa entonces hablando con ellos, incluso después de su aviso de renuncia o de que ya se fueron. Esto lo hará sentirse bien, pues sabemos que la gente quiere sentirse apreciada, necesitada, valorada.

Desde luego que sería mejor si con tu gente valiosa, siendo tu el propietario o el director de la compañia, empiezas a interactuar y hablar con ellos antes de que renuncien, haciéndolos sentir apreciados y tomados en cuenta.

A menudo, la falta de una evaluación positiva del trabajo de la persona por parte de sus directivos o gerentes es la razón principal por la que renuncian a su trabajo.

Es por eso que en algunas grandes empresas exitosas como Intel o PISA por ejemplo, se alienta a los gerentes o supervisores a pasar al menos una hora cada mes o bien tener un espacio corto diario con cada uno de sus subordinados discutiendo temas aleatorios de diversa índole, preferiblemente no relacionados con el trabajo, incluso de temas personales o familiares, de planes futuros o de cualquier aspecto que los vincule aún más contigo como persona y/o con la empresa (La metodología se llama Coaching en 3 Minutos, de Mamoru Itoh, y es un verdadero esquema de Liderazgo Efectivo simplificado).


De esta manera, los gerentes o directores pueden sentir mejor su estado de ánimo y comprender que tan difícil puede ser la situación por la que pasan los empleados valiosos.

Si el subordinado ve que estás agradecido y con un interés genuino hacia su bienestar, estará feliz, y no te costará nada su lealtad y permanencia.


Brindar apoyo moral a las personas es un trabajo duro, pero es gratis y es algo muy importante y clave para mantener y mejorar la relación.


Si se cumplen las expectativas del empleado valioso en relación al respaldo que percibe, a sentirse escuchado y a recibir un buen coacheo de su jefe, no tienen por qué renunciar, aunque su salario no sea el mejor.


Los directores y gerentes deben comprender que su empresa ya pagó una prima por buscar, entrevistar, incorporar y capacitar a este gran especialista, que conoce mejor que nadie las tripas de su puesto.

Si todavía son valiosos y si todavía se necesita su trabajo, sería una tontería no luchar por ellos en absoluto.


3. Espera su regreso Imaginemos que tus esfuerzos no tuvieron éxito. La persona se va.

Mi más firme convicción es que, pase lo que pase, debes despedirte de ellos en buenos términos.


Haz de ésto tu prioridad absoluta.

No quemes ningún puente o nave.

La decisión de renunciar podría no ser el final de su trabajo conjunto. El mundo es pequeño, después de todo, y más aún el mundo de los colaboradores de calidad en su campo, ya que sin duda su mundo es aún más pequeño.

Si están renunciando, en primer lugar, vale la pena obtener todos los comentarios interesantes y valiosos que puedas:

¿Qué fue lo que más les gustó de trabajar para ti?

¿Cuál fue su mayor problema o que aspecto de la empresa fue el que menos apreciaban?

¿Qué querrían cambiar?

¿Qué parte de la organización no los tomaba en cuenta debidamente? ¿Quién les gustaría que los reemplazara y por qué?

Esta persona no tiene nada que perder ahora, por lo que sus comentarios son invaluables. Están listos para compartir su experiencia y contarte honestamente sobre la situación que vivieron en el lugar de trabajo.

No descuides esta información y busca como implementar las mejoras necesarias.


Ahora bien, si finalmente se fue y no se le pudo retener, tu atención debe estar en aquellas personas que se quedaron contigo.


Considera cuidadosamente cómo distribuir nuevas responsabilidades entre las personas que todavía están con tu equipo. Lo más probable es que la carga aumente para todos, al menos por un tiempo.

La gente tiene que estar preparada para eso.

Por cierto, más de una vez me he encontrado con la opinión de que cuando un empleado deja su empresa, es increíblemente difícil para ellos regresar.


Incluso se dice que si les va mal, estarán demasiado avergonzados y, además, te dicen que por principio no debes aceptarlos de nuevo en tu organización (porque son unos "traidores", en cierto modo).


Ésto es una completa tontería. Cuando alguien te diga algo así, solo recuerda a Steve Jobs, quien fue despedido de su propia empresa con un escándalo, pero regresó triunfante solo unos años después.

Ahora el nombre de tu empresa en su nuevo trabajo es sinónimo de él, y la empresa tiene mucho más éxito gracias a ello. Si creaste un ambiente agradable de trabajo y si saben que serán aceptados, te sorprenderías de cuántos quisieran volver después de unos pocos años ¡o incluso meses!.

La gente que dejó mis empresas a lo largo de los años, casi siempre lo hicieron por otras compañías o grupos, por puestos más altos y/o por salarios más altos.

Pero cientos de aquellos con quienes mantuve contacto y a quienes al saber que no estaban felices en su nuevo entorno, les ofrecí su trabajo, después de unos meses, muchos regresaron.

Incluso en ocasiones con las mismas condiciones y con el mismo salario que tenían antes.

También conozco algunos casos en grandes empresas de todo tipo en los que algunos empleados renunciaron y volvieron más de una vez, hasta que finalmente ante la situación afuera y ante los nuevos retos que se les ofrecieron en nuestra organización, se quedaron y nos ayudaron a lograr mejores cosas en casi todos los aspectos: Productividad, Innovación, Calidad, Rentabilidad, etc.


Si una persona verdaderamente valiosa deja de trabajar para ti, debes asegurarle que siempre estarás feliz de verlo regresar.

Esto será extremadamente valioso a largo plazo. Especialmente porque encontrar nuevos empleados que se ajusten completamente a tu negocio y poder incorporarlos en este momento es extremadamente difícil.

En general, aférrate a su gente talentosa, leal y enfocada a resultados.


Trata de hacer que la vida de tus empleados sea lo más agradable posible en el negocio, revisando y analizando e incluso discutiendo con ellos los planes de mejora y las opciones para lograr mejores resultados.


Dales el espacio y el tiempo para un descanso adecuado y re-energizante, y apóyalos para tener una vida familiar plena y un desarrollo profesional continuo.


Siempre recuerda que una persona feliz, emocionalmente bien nutrida y enfocada a las metas puede crecer, realizarse plenamente y crear un valor agregado muy motivante para todos los que la rodean.




















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