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Aprendiendo a Manejar el Riesgo

Antes de lanzarse a emprender, cualquier futuro empresario debe estar consciente de que hay una alta posibilidad de que su esfuerzo sea estéril y de que su inversión no se recupere como lo planea, o, en el peor de los casos, se pierda por completo, riesgo que se reduce significativamente si se entienden algunos conceptos financieros básicos.



De acuerdo con Virginia Bombín, profesora de Finanzas Corporativas e investigadora afiliada ala Fundación de Mutualidad y Abogacía, de la Universidad de Madrid, son muy pocos los emprendedores que inician su camino empresarial con buena formación financiera, prácticamente todos tienen una buena idea y sin un análisis financiero serio y enfocado, se lanzan a su aventura de inversión.


Tener esos conocimientos, afirma, no solo facilita la puesta en marcha del nuevo negocio, sino que incrementa las posibilidades de hacerlo con éxito. “Hay dos conceptos financieros básicos que todo emprendedor debe siempre conocer antes de iniciar su proyecto: el riesgo y la creación de valor”.


Desde el punto de vista económico, la mayor consecuencia de emprender es que se debe asumir el riesgo de perder, parcial o totalmente, el capital invertido. A esto se le suma no tener una remuneración salarial estable e independiente”, advirtió.


Según la Profesora Virginia Bombín, en términos de inversión, el riesgo es la variabilidad de la rentabilidad sobre el capital invertido, es decir, el retorno económico de lo que se destinó para iniciar un proyecto. Una manera de mitigar esta situación es diversificar el patrimonio personal mediante la adquisición de un bien inmueble o invertir en un plan de pensiones.


Hay emprendedores que, decididos a mantenerse como accionistas mayoritarios, han limitado el crecimiento de su empresa, exponiendo además, una enorme porción de su patrimonio personal al elevado riesgo de concentrar su enfoque y no considerar la diversificación.


De acuerdo con la profesora e investigadora, esa manera de trabajar puede generar una gran riqueza aunque, en la mayoría de los casos, sucede lo contrario: la pérdida de su capital llega a ser total.



Lo importante es tener en cuenta que el negocio debe crear valor sin comprometer la totalidad del patrimonio, es decir, lograr que sea rentable sin tener que endeudarse y sin perder totalmente su liquidez. Las empresas con menor riesgo operativo pueden asumir un mayor riesgo en su financiamiento porque tienen un margen operativo muy alto y/o más estable.

Por el contrario, las empresas con un bajo margen operativo, ciclicidad en sus ventas y una elevada proporción de gastos fijos sobre el total de sus ingresos, deben ser extremadamente cautas en el uso de la deuda. Se deben hacer proyecciones lo más realistas posible y con base en números y datos duros, más que en esperanzas o expectativas demasiado optimistas.


Toda decisión tomada por el emprendedor en torno al futuro flujo de caja de la empresa induce riesgos porque el futuro siempre es incierto. Algo que quedó más que claro para todos los sectores, desde el inicio de la Pandemia en Marzo del año 2020



Crecer por crecer no añade valor; es más, lo destruye cuando se crece a costa de elevar el riesgo y reducir la rentabilidad.

Como conclusión y en primer lugar, antes de arrancar tu proyecto de inversión, debes tener claro a qué se refiere el riesgo de inversión. Se trata de la volatilidad o cambio del valor de la inversión, la cual puede ser a la baja o a la alza.


Cuanto más riesgosa es una inversión, hay mayor posibilidad de que el valor de ésta aumente o disminuya, tanto por fallas internas en la gestión del negocio, como por la cantidad de variables fuera del control del emprendedor que día a día se pueden presentar.











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